Edurne Pasabán nació en el País Vasco, una zona de los Pirineos occidentales en la frontera entre España y Francia conocida por sus montañas y su fuerte tradición alpinista. Desde pequeña se sintió atraída por la aventura. A los 14 años tomó clases de escalada ya los 18 hizo su primer viaje al Himalaya.
En 2010, a la edad de 36 años, Edurne se convirtió en la primera mujer en escalar los 14 picos más altos del mundo (todos ellos de más de 8.000 m sobre el nivel del mar) en sólo 20 expediciones. Fue una hazaña que requirió una gran voluntad y una gran concentración en sus objetivos.
Como montañera, el ciclismo siempre ha sido una parte importante del entrenamiento de Edurne. En los 13 años desde que logró su objetivo, andar en bicicleta también se ha convertido en una fuente de alegría, relajación y satisfacción. Ahora la Amiti E+ le ha abierto un nuevo mundo, permitiéndole conectarse con las cosas que más ama: la montaña, la familia y la naturaleza.
Edurne: Para mí la bicicleta ha sido la base del entrenamiento en mi carrera deportiva. A día de hoy, el ciclismo es mi momento para entrenar y para estar en contacto con la naturaleza. Gracias a la bicicleta compartimos muchos momentos en familia, ya que tengo un niño de 5 años cuya pasión es la bicicleta de montaña. Mi parte favorita del día es la sensación de satisfacción que tengo después de andar en bicicleta, y si puedo compartir ese momento con un amigo y una cerveza, entonces es aún mejor.
Edurne: Mi hijo. Solo tiene cinco años, pero para lo joven que es, salimos y andamos mucho en bicicleta juntos. Prefiere ir cuesta abajo, así que monto mi bicicleta eléctrica y lo remolco hasta la cima de las colinas para que pueda bajar. A la hora de entrenar me gusta salir sola o con un grupo de amigos.
Edurne: Cuando empecé a montar, a los 18 años, corría triatlones. Entonces, al principio lo que más me apasionaba era el ciclismo de carretera. Durante mucho tiempo, la bicicleta de carretera fue la base de mi entrenamiento. Pero ahora, por el lugar donde vivo, me resulta más difícil. Ahora entreno principalmente en mi bicicleta de montaña. Pero la E-bike realmente me ha abierto un nuevo mundo.
Edurne: Uso mucho la E-bike cuando voy con mi hijo. Lo llevo a la escuela en la bicicleta eléctrica, vamos juntos al rocódromo en bicicleta, hacemos los recados por la ciudad y puedo usar la bicicleta eléctrica también para remolcarlo por los senderos y para entrenar. Muchas veces subo en bicicleta eléctrica hasta la montaña y luego accedo a la cima a pie.
Edurne: Ahora mismo no tengo grandes objetivos en mi deporte. Tal vez estoy en un momento diferente de la vida con un hijo de 5 años. Pero, por supuesto, veo mi futuro en la montaña. No descarto volver más adelante a mi actividad, aunque por alguna razón nunca la he dejado, ya que todos los años hago una pequeña expedición. Veo mi futuro en la montaña y por supuesto haciendo deporte.
